Separarme de mi hijo por la noche

Hace días que tengo ganas de dejar ésta entrada y creo que me inspiré para escribirla hoy, 16 de enero a las 23:05 horas, debido a un post que realiza un psicólogo que admiro mucho llamado Alvaro Pallamares. 

En su post, Alvaro nos comenta (a través de la cuenta America por la infancia), que no es recomendable dejar a los hijos e hijas antes de los 2 años por periodos prolongados (3 días en adelante), debido a que suelen ser experiencias experimentadas como traumáticas y suelen dejar secuelas en desmedro de la seguridad del apego. Al leer esto, me hace todo el sentido del mundo… Especialmente porque sé que nuestros bebés van desarrollando poco a poco su cerebro (nacen/nacemos solamente con el 22% desarrollado) y una separación como tal en bebés puede ser perjudicial, especialmente cuando esa figura de apego es parte de su rutina diaria.

Muchas veces en sesión suelo ver a madres/padres muy angustiados por tener que modificar rutinas o acciones que tenían con sus bebés, la mayoría de las veces por el regreso al trabajo y siempre suelo preguntarles: si tu bebé lleva X meses de esa manera ¿cómo podríamos esperar que cambie ese comportamiento en unos pocos días? Siempre repito que el tiempo de los bebés es lento, pero creo que el de nosotros también lo es y ser parte de esta sociedad de la inmediatez, no nos permite ver esas ganas de ir a un ritmo más tranquilo.

Hace poco me estoy coordinando con mis amigas para irnos un fin de semana solas, todas madres (el 80%) y necesitamos ese espacio, no nos iremos por más de dos días y tenemos hijos de todas las edades. El plan es irnos de sábado a domingo, un espacio para nosotras y poder re-conectar con casas que algunas de nosotras hemos olvidado.

En mi caso llevo 2 año 9 meses sin pasar una noche sola, es decir, llevo todo este tiempo sin separarme de mi hijo en su dormir. Si bien es algo que disfruto profundamente (porque me encanta que me despierte con un beso, con un “mamá escúchame, no quiero seguir durmiendo”), siento que necesito ese tiempo para mi, distraerme, reírme con mis amigas, incluso poder leer/escribir sin sentirme presionada por las rutinas que tenemos de manera diaria. Le he ido conversando poco a poco que ese momento llegará, me responde que no le gusta que me vaya y que “mande al papá con mis amigas y que yo me quede con él” (es un pillo), pero le explico que mamá necesita de ese espacio, que lo pasará muy bien y que si bien lo extrañará, llegará al día siguiente para dormir con él.

Si bien estoy muy de acuerdo con lo que comenta Alvaro en su post, se que muchas realidades de familias tienen padres separados o padres/parejas que viajan mucho por trabajo (como la mía), donde pasan más de 4 días sin ver a sus bebés y si bien es algo que no puede evitarse, sé que podríamos adelantarle a sus hijos lo que vendrá. Es decir, si bien no podemos modificar la acción de salir, será importante preparar a nuestros bebés para que sepan que esa persona no estará e intentar estar de la mejor manera posible en la distancia (llamadas, mensajes de voz, video llamadas, etc). Si tienen la posibilidad de no dejar a sus hijos solos por esa cantidad de días (o más) antes de los 2 años, siempre será lo mejor que pueden hacer tanto por ellos, como por ustedes.

Un tiempo con mi marido estuvimos omitiendo el avisarle que se iba (era muy bebé), hoy en día cada vez que se avecina un viaje su papá le informa que tiene que irse al trabajo por unos días, pero que lo llamará todos los días cuando esté cenando para que puedan conversar y le cuente su día… Y así es, si prometen, hay que cumplir. Mi hijo es feliz con su papá, lo extraña mucho cuando no está y le cambia (nos cambia) mucho el ánimo cuando notamos su ausencia, pero entiendo que estas son nuestras opciones laborales y hacemos lo mejor que podemos.

Ahora me toca a mi y, si bien no le gusta mucho la idea a mi enano, le he informado que se quedará con su papá que lo ama profundamente y que mamá llegará al día siguiente. Que lo llamaré antes de cenar para despedirme de él, para que pueda dormir tranquilo junto a papá y que al día siguiente nos veremos.

Hablen con sus hijos, especialmente si tienen que separarse muchos días de ellos. Con ese cerebro en plena maduración, es mejor decir esas palabras que no (e intentando dentro de sus posibilidades de conversar con ellos cuando estén lejos).

Un abrazo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: